El cambiante panorama normativo en materia de importaciones en Argentina tiene en la mira cumplir con dos objetivos, en palabras de Camila Corvalán, abogada sénior de Beccar Varela. Estos son: monitorear la balanza comercial y proteger el desarrollo de la industria local.
A la fecha, el dinamismo regulatorio ha creado como tendencia entre las empresas el apoyarse en medidas judiciales para destrabar procesos. La especialista comenta:
“Actualmente, un gran número de empresas importadoras terminan buscando soluciones a través de medidas judiciales. Generalmente, lo hacen por encontrarse frente a una situación en la que los productos sujetos al régimen de licencias no automáticas se encuentran en estado ‘observados’ por tiempo indeterminado”.
Para evitar que los cambios regulatorios estanquen o compliquen al sector, Corvalán recomienda un reconocimiento previo de los mecanismos que ofrece el sistema de importación, así como la articulación de una estrategia que oriente y organice mejor la ruta a seguir en el proceso.
En palabras de la especialista, integrante clave del departamento de Comercio Internacional y Derecho Aduanero de Beccar, las regulaciones relativas a las importaciones “tienden a abarcar un panorama completo del comercio exterior argentino”, lo que demanda mirarlo de cerca antes de emprender un proyecto.
Camila Corvalán nos guía y explica en qué consiste exactamente el sistema de importación y las consideraciones que deben tomarse en cuenta para llevar a cabo un proceso de manera eficiente y efectiva.
No dejes de leer: ¿Unifin a la quiebra? Anuncia ante BMV reestructuración estratégica de deuda
Los mecanismos y el SIMI
El procedimiento de importación conlleva varios pasos. Actualmente, si una persona física o jurídica quisiera importar un producto a la Argentina —más allá de los requisitos particulares de cada posición arancelaria— debería tener en cuenta tres parámetros:
- El régimen de Licencias No Automáticas de Importación (LNA).
- El acceso al mercado único y libre de cambios (MULC) para pago de importaciones.
- El Sistema CEF (Capacidad Económica Financiera) aplicado por la AFIP.
El Ministerio de Desarrollo Productivo solicita a los importadores la presentación de un formulario denominado “Proyecciones de Comercio Exterior”. A través de esa presentación el importador deberá informar sus proyecciones de importaciones, exportaciones, inversiones y ventas locales.
Desde el Ministerio se analizarán las particularidades del importador y se determinará un cupo o pauta de importación. Esta cuota o pauta será únicamente para el Simis (Sistema integral de monitoreo de importaciones), cuyas posiciones arancelarias están sujetas al régimen de licencias no automáticas de importación.
El Simis es un instrumento —como una declaración jurada— que permite priorizar los controles y la gestión de riesgo sobre las mercaderías y homogeneizar la información, facilitando el intercambio de información con los organismos externos que participan en el proceso de desaduanamiento.
Nueva comunicación del BCRA
Considerando la más reciente comunicación del Banco Central de la República Argentina (BCRA), esta cuota o pauta tiene por objeto diferir el acceso al mercado único y libre de cambios (MULC) para el pago de importaciones de bienes, cuando se excede el cupo anual asignado por el BCRA, salvo algunas excepciones.
A partir de allí, las Declaraciones SIMI presentadas por un importador deberán clasificarse como categoría A, pudiendo acceder al MULC en condiciones regulares siempre que el monto solicitado no supere:
- El valor FOB de sus importaciones del año 2021 más el 5 % de dicho valor o
- El valor FOB de sus importaciones del año 2020 más un 70 % de dicho valor.
Si se supera el menor de dichos valores, la Declaración SIMI deberá clasificarse como B y el importador podrá acceder al MULC a los 180 días, contados a partir de la fecha de nacionalización de la mercadería en cuestión, salvo que se trate de ciertos bienes exceptuados.
Nueva categoría SIMI
Un hito clave es la creación de una nueva categoría de SIMI, el 7 de abril de 2022, por parte del BCRA. El SIMI C permite al importador, cumpliendo ciertos requisitos, acceder al MULC en las mismas condiciones que los procedimientos llevados a cabo bajo el SIMI A.
El monto de SIMI categoría C estará dado por la diferencia entre el límite asignado por el BCRA a la categoría A y el mayor de los dos montos considerados a los efectos de establecer dicho límite.
En caso de no cumplirse los requisitos previstos anteriormente para las declaraciones ante el SIMI C, las condiciones de acceso al MULC serán aquellas determinadas para el SIMI B, es decir, atenerse a un plazo de 180 días luego de la nacionalización de la mercadería.
Es importante recordar que, a partir de febrero de este año, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) realiza pedidos a las empresas vinculadas con el Sistema de Capacidad Económica Financiera (CEF). En esa línea, la AFIP asigna al importador un parámetro de Capacidad Económica Financiera que básicamente evalúa si su empresa importadora puede hacer frente a las obligaciones efectivamente asumidas en relación con los pagos al exterior.
Es de añadir que el parámetro del CEF se actualiza mensualmente y, en caso de que el importador no esté de acuerdo, puede solicitar un nuevo proceso o realizar una presentación de disconformidad para que la AFIP vuelva a calcular el CEF teniendo en cuenta la información adicional presentada.
Te recomendamos leer: Videsk: ¿Cómo una startup hizo que Twitter perdiera una batalla marcaria?
El valor de la estrategia
Luego de esta panorámica, Camila Corvalán considera clave articular una estrategia que ayude a superar y controlar los desafíos propios del sistema de importaciones argentino y oriente el cumplimiento regulatorio del proyecto de inversión.
En su experiencia, los principales componentes de esta estrategia están vinculados a un plan de previsibilidad que cada empresa deberá efectuar.
Según Corvalán, en dicho plan se definirán las posiciones arancelarias, regímenes por los que están alcanzados los productos a importar, así como los cupos asignados y tiempos que necesita la compañía para que la operación funcione sin demoras. Para esto es importante contar con un registro ordenado y planificado.
“Nuestra recomendación es elaborar una estrategia de la posición arancelaria en cuestión para poder entender dónde estamos parados y, a partir de ello, generar un plan de acción. Sugerimos, como herramienta clave, la generación de una línea de tiempo en la que la empresa pueda ordenar sus expectativas y prioridades”, destaca la abogada.
Add new comment