De acuerdo con especialistas, el mercado de juegos en línea —casinos, loterías virtuales y videojuegos— crecerá globalmente cerca de 19,6 % entre este año y hasta 2030, cuando probablemente alcance los 431 millones de dólares en ganancias. Ante este escenario, gradualmente diversos Legislativos presentan propuestas de normativas para regular este mercado.
Según el Newzoo Global Games Market Report 2022, América Latina es la región donde se registrará la mayor expansión de los juegos en línea en los años por venir, seguida de la región Asia-Pacífico, Medio Oriente y África, que son, en conjunto, mercados emergentes. Cerca de 3.200 millones de personas jugaron en línea el pasado año e invirtieron al menos 196.800 millones de dólares, especialmente en los juegos móviles.
Que este mercado pueda seguir creciendo en nuestra región depende, en gran medida, de que las regulaciones faciliten los juegos en línea. América Latina tiene una mezcla de regulaciones que pasan de la prohibición a ciertas restricciones y la legalización de todo tipo de juegos.
Uno de los marcos normativos más avanzados es el de Argentina, donde la regulación no es nacional sino provincial, con la provincia de Buenos Aires a la cabeza. Las otras naciones que permiten el juego en línea son Bolivia, Colombia, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay.
Las más restrictivas son las leyes de Ecuador, que prohíbe todo tipo de juegos de azar, aunque permite las apuestas en y desde sitios web extranjeros. Finalmente, Chile permite las apuestas en general, excepto en casinos en línea, que están prohibidos.
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Las discusiones en Brasil
Brasil ha avanzado en la discusión de un nuevo marco regulatorio para los juegos de azar, representado por el Proyecto de Ley 442/91, actualmente en discusión en el Congreso Nacional. Este prevé la legalización de las apuestas en el país sobre modalidades que ya existen en la práctica, como los bingos y las apuestas deportivas online, desde sitios que operan fuera del país.
Como informamos hace unos meses, esto sería beneficioso, pues “las entidades formadas por empresas del sector entienden que la regulación de la actividad por parte del gobierno aporta mayor seguridad jurídica, difundiendo los principios de juego responsable y transparencia en el mercado”, especialmente si se establece una tributación justa sobre los Ingresos Brutos del Juego (GGR).
Regular el sector del juego es extremadamente importante para la economía brasileña, ya que puede generar ingresos adicionales relacionados con la explotación de estas actividades que podrían generar al menos 12.000 millones de reales (2.429 millones de dólares) este año, tan solo en juegos electrónicos legales.
Esta cifra podría subir a 27.000 millones de reales (5.467 millones de dólares) si se regulan otras modalidades de apuestas no legalizadas como el bingo y el jogo do bicho, juego de apuestas local.
Aunque las grandes oportunidades están en la recaudación de impuestos y el aprovechamiento de las ganancias que generarían los juegos en línea, también hay oportunidades en el campo de la propiedad intelectual y la protección de datos, si se toman en cuenta las oportunidades regulatorias y los beneficios del mercado de apuestas.
Expertos de Demarest Advogados resaltan que el licenciamiento de marcas, desarrollo de plataformas y el uso de inteligencia artificial en nuevos juegos son un campo fértil para este mercado. Para este, además, deben diseñarse también buenas prácticas de propiedad intelectual al proteger los derechos de autor o procesar los datos personales de los jugadores de manera adecuada. Es de recordar que las empresas tienen la obligación de tratar los datos de los jugadores de manera transparente.
Si se habla de PI dentro del mercado de juegos en línea, ¿qué debe decirse?
De acuerdo con Tatiana Campello, socia de la firma, las empresas de juegos y los desarrolladores deben prestar atención a ciertos problemas potenciales como:
- Disputas de propiedad intelectual por la propiedad de patentes, derechos de autor o diseños que puedan surgir entre los inventores, diseñadores y autores de videojuegos.
- Disputas entre el desarrollador, el jugador y los derechos de terceros sobre las licencias.
- Por competencia desleal, respecto de la violación de secretos comerciales y know-how.
- Piratería, por la copia, distribución o transmisión ilegal de videojuegos, y problemas con las tácticas de mercadeo.
Tomando en cuenta que la naturaleza compleja de los juegos electrónicos puede presentarlos en ocasiones como obras de arte, se hace necesario evaluar correctamente quién es el titular real de los derechos de propiedad intelectual para su explotación comercial, por esto, entre las medidas que las empresas y titulares de derechos deben aplicar para mantener su integridad económica y creativa está, en primera instancia, registrar toda la PI relevante, lo que les dará una sólida posición legal en caso de infracción y la capacidad de prohibir el uso no autorizado de terceros.
Complementariamente, las empresas deben proporcionar todos los acuerdos de licencia y cesión necesarios, de acuerdo con la ley brasileña, “así como realizar una evaluación de la autorización de derechos para operar cualquier contenido utilizado, para verificar si existen derechos o licencias de terceros preexistentes”, aclara Camila Garcindo Dayrell, asociada sénior.
Invertir en medidas antipiratería y ganarse la confianza y la ayuda de la comunidad de jugadores, por medio del tratamiento ético de los datos personales, es una forma eficaz de garantizar el desarrollo continuado del juego y evitar cualquier tipo de vulneración de derechos. Las funciones que permitan a los usuarios informar errores e infracciones de derechos de propiedad intelectual son clave en este tema.
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La ley sigue siendo la mejor aliada en la protección de los derechos PI
No debe perderse de vista que el mercado de juegos está intrínsecamente relacionado con el ámbito de la propiedad intelectual, a través del desarrollo de software, los derechos de imagen, las licencias, los derechos de autor, las marcas registradas y la publicidad, por lo que tampoco deben perderse de vista las leyes que los amparen. En el caso de Brasil estas disposiciones se encuentran en la Ley de Software (Ley No. 9.609/1998), que permite que el titular de los derechos registre el juego como un programa de computadora.
Otras modalidades de protección son el registro de marcas comerciales ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inpi), lo que impedirá el registro de una marca comercial similar o idéntica por parte de terceros, antes de que se publique información sobre el juego, y el registro de patentes o diseños industriales para cualquier hardware o software relacionado.
“Los propietarios de juegos también deben tener en cuenta la tecnología no registrable, como los conocimientos técnicos y otra información confidencial. Para protegerlos es necesario que la empresa firme un contrato individual o acuerdo de confidencialidad con sus colaboradores, programadores y otros terceros involucrados”.
Actualmente, Brasil discute anteproyectos normativos que podrían mejorar la protección PI de los juegos y apuestas electrónicas, como el Proyecto de Ley 205/23, que define a los e-sports como un deporte, la Ley 13.756, que habilita los sitios web de apuestas deportivas (excluyendo juegos de azar como el bingo y los casinos), y el Proyecto de Ley 442/1991, que legaliza la operación de juegos de azar en Brasil y ahora está siendo evaluado por el Senado.
En lo que se refiere al licenciamiento dentro del mundo de los juegos virtuales y las oportunidades que la regulación brasileña otorga mediante la concesión de licencias de marca, debe tomarse en cuenta que, en Brasil, esta es una calle de doble sentido, pues “la empresa de juegos utiliza contenido con licencia en sus juegos o bien puede otorgar licencias y sublicencias de sus activos de PI a otras empresas de juegos u otros sectores de la industria”, dice Campello.
Por ejemplo, pueden licenciar sus marcas, personajes, máscaras, artículos de juego, deportes electrónicos, adaptaciones de cine, libros y televisión para la creación de productos como juguetes y artículos para fanáticos e -incluso- sus composiciones originales.
“Siempre hay nuevas formas de monetizar el contenido, como el tiempo dedicado al juego, máscaras, pases de batalla, contenido descargable (DLC) y microtransacciones, lo que puede ser extremadamente poderoso siempre que la empresa pueda administrar, validar y calcular de manera efectiva los derechos y regalías”, añade Garcindo Dayrell.
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¿Qué más dice la ley?
En Brasil, la protección de un activo PI sigue la regla del primero en registrarse y no el primero en usar, y la protección puede ocurrir antes de la marca y patente brasileña. “La regla de la Ley de Propiedad Industrial de Brasil (Ley N° 9.276/96) es que el solicitante o depositante -persona física o jurídica- tiene legitimidad, salvo de otra manera, para obtener la propiedad de sus activos de PI”, precisa la socia de Demarest Advogados, así que el propietario legítimo del activo es quien tiene derecho a usar, vender y distribuir un activo de PI.
“La excepción a este sistema es el derecho de autor, que solo necesita demostrar cuándo fue creada la obra en caso de conflicto con otra parte. Así, formalmente, no hay obligación de registrar un derecho de autor. Lo mismo se aplica al software”, comenta la asociada sénior.
Sin embargo, recalcan ambas, existen situaciones delicadas cuando se trata de una relación laboral o de proveedor de servicios, especialmente en los casos de patentes, ante los que —si no existe una cláusula contractual explícita— podría ocurrir que la patente puede ser de propiedad exclusiva del empleador, puede ser propiedad exclusiva del trabajador (cuando el producto obtenido no tenga relación con el contrato y no hayan sido usados recursos del contratista) o que la propiedad pueda atribuirse a ambas partes (cuando el producto derive de la aportación del trabajador, gracias al uso de recursos del contratista).
“Finalmente, surgen preocupaciones adicionales de propiedad intelectual cuando los juegos incluyen contenido generado por el usuario. La propiedad del contenido generado por el usuario debe estipularse en los términos y condiciones del usuario”, dice Campello.
Lo que jamás debe perderse de vista en todo este proceso es que los operadores de juegos electrónicos deben seguir y demostrar el cumplimiento de la legislación al público en general, así como el procesamiento optimizado e inteligente de sus datos personales, para aprovechar todas las ventajas que el mercado de los juegos de azar y apuestas tienen, sin olvidar también todas las oportunidades de monetización y crecimiento relacionadas con el manejo adecuado de los activos intangibles ligados a cada juego sacado al público.
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