Al margen de la discusión de si Los Simpson sigue siendo o no una buena serie, en octubre pasado emitieron el acostumbrado capítulo de terror de Halloween, en el que -en parte de la trama- ridiculizaron la inversión en los NFT y destacaron el poco valor que estos criptoactivos tienen ahora, luego de haber llegado a valer millones de dólares hace unos pocos años.
El punto más alto de ese segmento es cómo describen el auge y caída de los NFT como consecuencia del fear of missing out (FOMO o “miedo a perderse algo”), el sentimiento de preocupación (común en redes sociales) de que otros están haciendo cosas o participando en eventos emocionantes en los que también se debe participar.
Si bien puede que la burbuja inicial de los NFT fue causada por este nuevo fenómeno psicológico y la mudanza de los intereses del público hacia otras experiencias, cabe preguntarse si acaso este es el único motivo de la caída en su valor o si hay detrás otras razones.
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Para Eduardo Castañeda, socio de Basham, Ringe y Correa, S.C., conviene recordar que estos activos no son más que el medio para documentar o instrumentar un bien o un derecho, y que su valor depende directamente de su contenido.
Es precisamente por esto que se hicieron tan populares en su momento, pero especialmente porque al estar relacionados al blockchain hay certeza de trazabilidad de la información, algo que les permitió volverse sujetos de especulación comercial.
"Si bien una obra o diseño digital puede estar contenido en un NFT y tener un valor importante, el hecho de que el contenido pueda ser reproducido sin autorización y, sobre todo, que la explotación del contenido se encuentre a un par de clicks o un tan solo “copiar y pegar”, da lugar a que el valor que puedan ostentar los mismos sea cambiante en ambas direcciones y no solo al alza".
Como los NFT son, principalmente, un instrumento tecnológico para garantizar la información, autenticidad y trazabilidad de su contenido también son un medio seguro para invertir, lo que ha permitido que, aunque la burbuja del NFT como arte explotó, se hayan encontrado otros usos para estos, como en las industrias de los videojuegos, “donde el uso de monedas virtuales como NFT se ha vuelto un estándar”; la legal, donde pueden usarse para la protección de contratos, y la de la salud, en la que un pasaporte digital certifique la veracidad de la producción, distribución y suministro de medicamentos de patente.
"Es posible que esta tecnología tenga todavía un uso relevante y que pueda transitar a otros aspectos de nuestras vidas donde sea más exitosa".
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Aún son instrumentos valiosos con múltiples usos y beneficios
Los NFT siguen vinculados primordialmente al mundo del arte, ya no como obras en sí (mucho menos como obras caras) sino como medios para que los artistas diversifiquen de forma segura sus fuentes de ingresos, aunque varios actores del mercado lo han percibido como una oportunidad para expandir sus negocios y operaciones para atraer nuevos consumidores.
Los NFT se pueden aplicar en diversas industrias para asegurarse de que el producto que se está comprando es auténtico, esto es especialmente relevante en la moda, donde la tecnología blockchain garantiza si un producto de lujo es original o si, al contrario, ha sido objeto de falsificaciones.
Dentro del campo de la propiedad intelectual pueden convertirse en certificados de registro de propiedad intelectual para marcas y patentes; también pueden ser un medio para que artistas, atletas y otras figuras públicas moneticen su imagen (mediante la venta de fan tokens, como los del NBA Top Shot).
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Finalmente, pueden emplearse como utility tokens, que dan acceso a productos y servicios, o como tokens que representan los productos o servicios futuros de una empresa, o usarse como moneda de cambio en los juegos en línea.
Camila Garrote, asociada de Demarest Advogados, destaca que esta evolución en su uso ha allanado el camino para nuevos modelos de negocio, permitiendo a los creadores generar productos de diversas formas, incluso con inteligencia artificial generativa, y monetizar su trabajo de formas innovadoras y prácticas, como ventas directas, subastas, regalías automáticas y participación en los beneficios.
Esto le da un beneficio adicional a los NFT: fomenta la creación de contenido digital, debido a que (por estar sujetos a menores controles y reglas, gracias a la descentralización y democratización) han permitido mejorar la monetización de activos digitales, “lo que sería su principal legado”, apunta Eduardo Castañeda, quien también dice que si bien hay una baja considerable de transacciones de NFT, esta figura tiene aún mucho que aportar en democratización y adopción de la tecnología.
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Fausto Teixeira, asociado de Demarest Advogados, recuerda que desde la perspectiva de un activo de inversión, los NFT se asemejan a cualquier activo de riesgo, por lo que ahí encuentran una nueva vida, al poder emplearse como la representación digital de activos digitales o del mundo real (tokens respaldados por activos); aunque están asociados a los riesgos inherentes al mercado de activos digitales (ransomware, ciberpiratería o altos costos operativos para transferir estos activos en el blockchain).
Según Guilherme Inaba, asociado de Demarest Advogados, los NFT no son un activo fracasado sino, simplemente, uno cuyo uso evolucionó y cuyo enfoque y potencial quizás esté “mucho más allá” de un activo de inversión, dada la variedad de casos de uso dentro de los mercados de creación y comercialización.
Medios especializados como Forbes consideran que hay un futuro para los NFT, a pesar del desplome de su valor como piezas de arte, y que este se encuentra en la la propuesta de valor única que ofrecen y la tecnología que los sostiene, que “proporciona un nivel de autenticidad, escasez y seguridad en el mundo digital que antes era inalcanzable” y que sugieren un cambio del comercio especulativo a la utilidad práctica, “lo que podría proporcionar una base más estable para su futuro”.
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Las aplicaciones potenciales de los tokens no fungibles son infinitas en el mundo actual, particularmente ahora que se han desligado de su función original como obras de arte y han evolucionado hacia aplicaciones más prácticas.
La desaceleración de su mercado no fue más que, de acuerdo con Forbes, una oportunidad para entender que se requieren mejores regulaciones, prácticas de transparencia y un enfoque ambiental y económicamente sostenible para que los NFT sean un activo estable del mercado.
"Entendemos que el mercado NFT continúa desarrollándose con un enorme potencial de crecimiento, al igual que el mercado criptográfico en su conjunto. Vemos la evolución de la regulación en el mercado de criptoactivos como un detonante de su crecimiento más rápido, que incluye el mercado NFT", resalta Inaba.
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A pesar de que la Oficina de Derechos de Autor de EE. UU. (USCO) y la Oficina de Patentes y Marcas (USPTO) concluyeron que las leyes de propiedad intelectual existentes abordan adecuadamente las cuestiones de infracción de derechos de autor o marcas registradas en las NFT (y por ende no se necesitan nuevas normas o la modificación de la ley), para que la tokenización de activos del mundo real sea eficiente, es importante tener marcos regulatorios eficientes, lo que significa que otros países deben revisar sus normativas y fortalecer los aspectos regulatorios que necesiten para hacer de los NFT un recurso de mercado estable.
"La tokenización de obras de arte, música o artículos exclusivos de una marca son ejemplos de usos de tokens no fungibles y, a medida que se dan contornos regulatorios, el proceso de digitalización e integración con los mercados tradicionales tiende a darse de forma más intensa", recuerda Fausto Teixeira.
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Adaptarse para sobrevivir
Haber sobrevivido a la burbuja especulativa y haber encontrado nuevos espacios de utilidad, no exime a los NFT de todos sus riesgos, puesto que, como explica Eduardo Castañeda, es importante considerar que aún los gobiernos discuten sobre su regulación, lo que puede ser un peligro para su democratización y, sobre todo, la libertad de uso sin restricción.
Por esto, uno de los objetivos que debería perseguirse es que los NFT se alejen de los riesgos de la volatilidad y especulación, “elementos que han condicionado su crecimiento y afianzamiento como modelo transaccional”, por lo que —en tanto esta tecnología se aleje de esta idea— su implementación y crecimiento será “real y sostenible”.
Por ahora, hay perspectivas más optimistas sobre su uso, como las que enumera Crypto Altruism: Caridad perpetua (los NFT permitirían enviar donaciones perpetuas a ONG); narración y preservación de historias (el blockchain podría preservar una historia cultural importante); nivelar el campo de juego para los creadores con nuevas opciones de monetización y propiedad; empoderamiento económico para comunidades desatendidas que monetización directamente, e identidad, dándole acceso a una identificación inalienable a quienes se encuentran en comunidades desatendidas.
Solo toca esperar para ver cuáles de todas las proyecciones, optimistas o no, y cuáles de todos los nuevos usos que se les ha dado, se sostendrá en el tiempo, una vez se despeje el campo donde explotó la burbuja.
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