Licencias de paternidad: Latinoamérica avanza tímida hacia la corresponsabilidad parental

Por mucho que haya cambiado la normalidad, la realidad aún mantiene parámetros que determinan cómo funciona el mercado laboral y las oportunidades que este depara para las mujeres. Que el cuidado de los recién nacidos o los bebés recién adoptados recaiga esencialmente en las mujeres es uno de ellos. 

Un cambio de perspectiva -que ofrezca en retorno mejoras en la retención de talento laboral, según revela el departamento económico de Stanford-  y el incentivo hacia la corresponsabilidad parental es posible si se complementa lo que tímidamente se asoma desde la normativa en Latinoamérica: un intento de emparejar la cancha.   

Chile ha mostrado cierto liderazgo, aunque no cumpla con la premisa de una búsqueda de igualdad, facilitando el traspaso de una a seis semanas, de la licencia maternal, como permiso otorgado a los padres. Pero este tramo avanzado desde la normativa no parece ser correspondido por un entorno que asuma la corresponsabilidad como un derecho conquistado. Estadísticas de la Superintendencia de Seguridad Social de Chile señalan que menos de 0,5% de los padres trabajadores usaron los beneficios de su permiso postnatal parental. 

Esto puede explicarse debido a la ausencia de un cambio a nivel cultural, es decir una transformación de esas reglas de juego silenciosas que llevan a un trabajador a buscar la competitividad en detrimento de su proyecto de vida. 

“Cuando un asociado quiere conseguir el postnatal parental, hay una levantada de cejas donde se dice todo sin decir nada”, explica Jaime Carey. Como socio administrador de la firma Carey ha asumido el liderazgo en un cambio cultural organizacional que parta por “una actitud proactiva y propositiva para que esto sea una realidad”. 

La iniciativa de la firma consiste en cubrir el sueldo completo, así supere el subsidio de hasta dos mil dólares al mes estipulado por el Estado, tanto para hombres como mujeres en lo que respecta a los permisos parentales. Ello, otorgándoles el plazo de licencia de paternidad por 30 días, superando ampliamente los 5 días contemplados en el artículo 197 del Código del Trabajo.  

La perspectiva de Carey a partir de esta base es mantener apertura y flexibilidad para atender los diversos casos que puedan presentarse dentro del staff, como el caso de los padres adoptivos, donde corresponde una licencia de hasta tres meses. Todo ello es un hito en el sector legal regional, donde hasta ahora la voluntad por una transformación no ha sido tal como la de superar lo que estipula una norma.      

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Este resarcimiento con los derechos parentales en Latinoamérica, registró en octubre una contribución desde México, donde los trabajadores del Poder Judicial de la Federación (PJF) y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) por primera vez pudieron contar con el mismo permiso de paternidad que las mujeres. Esto es, una licencia de 12 semanas, lo que se aplica también en caso de adopción. 

Estos avances también se registraron en Colombia, hasta el año pasado, uno de los países más restrictivos, junto a Argentina, en lo que respecta a la corresponsabilidad del cuidado de un recién nacido. El esquema aprobado por el Senado apunta “a nivelar las cargas entre los derechos y deberes que tienen los hombres y las mujeres a la hora de cuidar a sus hijos”. Esto se traduce en elevar la licencia de paternidad de 5 días a 2 semanas, además de estipular una licencia parental flexible de tiempo parcial, sin que esto afecte el permiso de lactancia. 

Lo pionero que resulta Carey desde Chile; podría verse equiparado con el ejercicio constante por la búsqueda de un marco normativo que promueva la igualdad, en el caso de Brasil. La discusión más actual pasa ahora por extender el permiso de seis meses, como se estipula en la licencia de maternidad, a funcionarios públicos que sean padres solteros. Otra de las discusiones sostenidas en materia de cuidado parental, se ha extendido a lo que compete a los plazos en el cuidado de menores que sean adoptados en etapa adolescente. Para agosto de este año, la Comisión de Asuntos Sociales del Senado, aprobó el uso de licencia de maternidad por un plazo de 4 meses para el cuidado de adolescentes de hasta 18 años, que hayan sido adoptados. 

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Volviendo al caso de Carey, su iniciativa sirve de guía para irradiar una cultura de cambio en el sector. No podemos apartar la vista del rol catalizador que ha cumplido la pandemia en esto. La firma chilena, para seguir con el ejemplo, ve integrada a su perspectiva el aplicar un modelo de gestión híbrida - para Carey, eso significa, tres días en la oficina y dos días en casa- que asume la nueva normalidad, como una oportunidad para una nueva realidad. Donde se tomen “medidas que sean demostraciones reales” de una voluntad al cambio.