El mundo de las fusiones y adquisiciones, o M&A, como comúnmente se conoce por sus siglas en inglés (Mergers and Acquisitions), ha sido históricamente dominado por hombres. En Latinoamérica, el reto de visibilizar el trabajo de las mujeres en este nicho ha sido aún mayor, debido a una cultura que tradicionalmente ha favorecido el liderazgo masculino en las transacciones corporativas.
El M&A se caracteriza por sus tiempos impredecibles y constantes exigencias de alto rendimiento. Requiere resiliencia, experiencia y pensamiento estratégico. Por eso, no sorprende el aumento en la participación de las mujeres; nuestra capacidad para manejar múltiples tareas, la inteligencia emocional, nuestro enfoque colaborativo y una mayor conciencia del riesgo nos permiten desenvolvernos en entornos altamente exigentes y mejorar los resultados de las transacciones. Bajo esas premisas, en los últimos años, Latinoamérica ha experimentado un cambio gradual —aunque todavía lento— hacia la inclusión de más mujeres en transacciones corporativas. Sin embargo, el status quo aún prevalece en muchos espacios.
Los retos persisten, especialmente en una región donde los roles de género tradicionales siguen influyendo tanto en la dinámica familiar como en el ámbito laboral.
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Desafíos por delante
Los prejuicios, quizá más arraigados en ciertas culturas latinoamericanas, se manifiestan en negociaciones e interacciones con clientes, en las que las opiniones de las mujeres pueden subestimarse o incluso excluirse de espacios informales. En esos espacios, a menudo se discuten temas clave y se toman decisiones relevantes. Además, las expectativas sobre el estilo de liderazgo son distintas: una mujer asertiva puede ser percibida como agresiva o “pesada”.
Otro desafío importante es equilibrar la carrera profesional con la vida personal. Las expectativas y estándares para las mujeres suelen ser más altos: a menudo se espera que asuman el rol de 'default parent' en sus familias, mientras se les exige el mismo nivel de desempeño que a sus colegas hombres —e incluso más—. Las jornadas impredecibles y los plazos ajustados característicos de las operaciones M&A presentan retos significativos para quienes buscan atender a sus familias sin sacrificar su crecimiento profesional.
Es innegable que la transición al trabajo híbrido ha representado un avance, ya que ofrece mayor flexibilidad para gestionar los compromisos personales y optimizar el tiempo al eliminar los traslados, y, en cierta medida, reducir los sesgos. El enfoque se ha desplazado hacia el desempeño y los resultados, en lugar de la apariencia física. Sin embargo, el trabajo remoto también tiene sus complejidades para las mujeres, pero este es un tema que merece un artículo aparte.
La falta de modelos a seguir y mentoras en el ámbito de M&A también dificulta el avance profesional de las mujeres. A lo largo de mi carrera, he tenido la suerte de contar con grandes mentores, en su mayoría hombres, que me han impulsado en mi crecimiento profesional. Sin embargo, hay experiencias que solo otra mujer que ha recorrido un camino similar puede entender: como haber estado en una mesa de negociación donde se asumía que tomaría las notas o haber enfrentado el desafío de equilibrar compromisos laborales con la vida familiar, sin que eso afecte su posición en un equipo de trabajo.
Por último, el factor cultural no puede ignorarse. En Latinoamérica, estos retos se amplifican debido a las expectativas sociales y las barreras sistémicas que aún limitan las oportunidades de desarrollo profesional para las mujeres. Los roles de género tradicionales siguen estando muy arraigados en muchos países de la región, sesgando y dificultando el avance de las mujeres en la carrera profesional.
No obstante, a pesar de los múltiples retos, el sector ha evolucionado, permitiendo que cada vez más mujeres ocupen espacios de liderazgo y aporten un valor diferencial al mundo del M&A. Esta transformación abre nuevas oportunidades para quienes buscan avanzar en sus carreras.
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Oportunidades
A medida que el mundo ha cambiado en las últimas décadas, se ha reconocido cada vez más el valor de ciertas cualidades inherentes a las mujeres. Es aquí donde debemos aprender a aprovecharlas y capitalizarlas para seguir avanzando en nuestras carreras profesionales.
Un ejemplo claro es la inteligencia emocional, que hoy se aprecia como un aspecto fundamental del liderazgo. Esta cualidad permite comprender a los equipos, construir relaciones sólidas y duraderas, e incluso tener sensibilidad hacia diferencias culturales en negociaciones cross-border. La inteligencia emocional, cuyo principio fundamental es la empatía, es clave para desarrollar esas relaciones tan esenciales en los negocios, especialmente en América Latina, donde las relaciones personales juegan un papel central. Las mujeres debemos aprovechar estas habilidades blandas, tanto en el manejo de equipos durante la etapa de debida diligencia en una transacción, así como en la negociación de los documentos de cierre.
Otra oportunidad que debemos aprovechar es el creciente enfoque en la diversidad y el ASG (Ambiental, Social y de Gobernanza). Cada vez más clientes exigen que las firmas cuenten con equipos diversos, reconociendo el valor de distintas perspectivas y enfoques durante un proceso de M&A. De hecho, muchos clientes hoy en día aprecian e incluso buscan el liderazgo de una mujer en transacciones, destacando cualidades como la atención al detalle, la organización y la eficiencia que aportamos.
El auge de negocios liderados por mujeres también representa una oportunidad para las abogadas. En una cultura en donde los negocios han sido históricamente dominados por hombres, la presencia de empresas lideradas por mujeres abre espacio para que podamos conectar con estas empresarias, quienes valoran el apoyo de abogadas, ya que compartir experiencias similares puede generar una mayor comprensión y confianza.
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¿Qué podemos hacer?
Debemos apalancarnos en nuestras fortalezas y construir sobre ellas, sacando el máximo provecho de las oportunidades que ofrece el mundo de hoy. Buscar mentores y sponsors que nos guíen y aboguen por nuestro crecimiento es clave. No dejemos de estudiar y, si es posible, especialicémonos en una industria o sector específico para destacar en la práctica de M&A. Invirtamos en entrenamiento para perfeccionar nuestras habilidades de negociación, apoyándonos en nuestras cualidades inherentes de colaboración y empatía. Démosle prioridad al networking, participando activamente en organizaciones para construir conexiones y acceder a nuevas oportunidades. Al hacerlo, enfoquémonos en lo que podemos aportar, en lugar de preguntarnos ¿qué nos pueden ofrecer? Reconozcamos nuestro valor y compartámoslo con el mundo; lo demás llegará por sí solo. Por último, no tengamos miedo de establecer límites y defender nuestros principios. Si reconocemos nuestro valor, los demás también lo reconocerán.
Hombres llamados a la acción
Pero este trabajo no es solo nuestro. Necesitamos hombres aliados que caminen a nuestro lado en esta transformación. Los hombres, especialmente aquellos en posiciones de liderazgo en Latinoamérica, deben asumir esta revolución como propia. No se trata solo de apoyar desde la distancia, sino de comprometerse activamente. Esto no puede ser solo un conjunto de políticas escritas; debe ser un cambio cultural auténtico, impulsado por ellos, vivido por todos y reflejado en cada decisión que se toma. Solo así lograremos una transformación real y sostenible.
*Ana Sáenz es sénior manager | Corporate M&A | EY Law.
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