El camino para ascender en un mercado como la abogacía es empinado, por su naturaleza competitiva, el enfoque en las horas facturables y el requerimiento de mantener constante relacionamiento con clientes. En el caso de las mujeres, esta línea de ascenso resulta aún más desafiante al intentar conciliar las metas de crecimiento profesional con las personales, considerando que en el centro de este desafío, sobre todo en el ámbito doméstico, las mujeres asumen una doble carga de responsabilidades vinculadas esencialmente a tareas de cuidado.
Ante este escenario, es necesario generar oportunidades para potenciar no solo el crecimiento profesional sino también impulsar el liderazgo de las mujeres en espacios predominantemente liderados por hombres. Una herramienta de alto valor para alcanzar ese objetivo es el desarrollo de programas de mentoría (sponsorship) entre abogadas que ocupan puestos de jefatura y alta dirección y abogadas jóvenes que están atravesando los primeros años de su carrera.
Un programa de sponsorship puede resultar una pieza clave en el desarrollo de la carrera de abogadas más jóvenes, tanto por la mentoría como por otras actividades enfocadas en visibilizar su talento frente a la firma.
En 2020, Payet, Rey, Cauvi, Pérez Abogados – PRCP lanzó el primer programa de sponsorship, del cual formamos parte quienes firmamos esta columna. Ambas trabajamos como pareja (Mayra como sponsor y Luciana como sponsee). Este programa estaba dirigido a asistentes y abogadas en sus primeros años de carrera, a fin de trabajar junto a una abogada sénior, counsel o socia en el desarrollo de acciones concretas para que se visibilice el trabajo de las abogadas más jóvenes y así promover su crecimiento profesional.
En concreto, el objetivo del programa se estableció como la creación de una red de aliadas en cuyos vínculos se pudiera transitar el liderazgo y los aprendizajes de abogadas de mayor trayectoria a abogadas más jóvenes.
Nuestra experiencia fue bastante enriquecedora, ya que nos permitió desarrollar un vínculo de confianza que marcó la diferencia en el desarrollo de la dinámica laboral que, por cierto, se mantiene a la fecha. Para ambas, esta fue una experiencia única que nos fortaleció a nivel profesional y personal, sobre todo por la oportunidad de compartir conocimiento y experiencias.
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La experiencia como sponsor
Como sponsor, la experiencia fue retadora ya que no solo se trataba de escuchar y aconsejar a Luciana, con quien en ese momento no había tenido la oportunidad de trabajar antes, ni tampoco de conocer a nivel personal.
Asumí con mucha entrega un rol activo para promover el destacado trabajo de Luciana en la firma. Además, aposté por hacer que este espacio se convierta en una plataforma para impulsar su crecimiento.
Para poder lograr ese objetivo, consideré que lo mejor era trabajar siguiendo un orden, con una lista de metas y tareas programadas para cada reunión que nos permitiría cumplir con los hitos planteados.
Desde la primera reunión pude ver en Luciana a una abogada bastante talentosa, inteligente y muy responsable. Encontré crucial trabajar en un plan de relacionamiento que le diera el reconocimiento y, por ende, destacara frente a otros abogados y abogadas de la firma.
Una de las tareas en las que más trabajamos fue en la obtención de su título de abogada, importante al ser un requisito para el ejercicio de la profesión. Fue todo un reto ya que había que encontrar el tiempo para definir expedientes, estudiar los casos y fortalecer su seguridad en la exposición. Finalmente, pudimos lograr que Luciana trabajara en sus expedientes y obtuviera su título, cumpliendo así una meta personal y profesional de manera exitosa.
Un factor decisivo fue generar un espacio en el que Luciana se sintiera en confianza. Fue fundamental para mí, como sponsor, generar un ambiente de validación, empatía y escucha en el que pudiera sentirse cómoda de compartir sus experiencias pero, sobre todo, sentirse escuchada. Eso fue lo que más valoré dentro de mi rol de sponsor, saber que había generado un espacio seguro para impulsar el talento de Luciana.
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El aprendizaje a través del liderazgo
Como sponsee, la oportunidad de pertenecer al programa fue muy enriquecedora. Por un lado, me permitió conocer la línea de carrera en la firma y, por otro, me ayudó a agregar valor a mi trabajo como abogada joven.
Mayra tuvo toda la disposición y dedicación en nuestras reuniones. Supo cómo crear un ambiente en el que me sentí cómoda para expresarme y transmitir aquellos retos que enfrentaba tanto internamente, ante la expertise de los abogados, como ante los clientes.
Al iniciar el programa yo recién ascendía como asistente legal y el reto de asumir más responsabilidades fue abrumador. Sin embargo, Mayra supo guiarme en el camino con sus experiencias y consejos. Además, constantemente se reunía y conversaba con otros abogados de la firma a efectos de identificar oportunidades de mejora en mi desempeño y trazar una línea que me permitiera avanzar.
Esto fue muy oportuno para desarrollar nuevas habilidades, así como trabajar con otros abogados y en proyectos distintos al área en la que me había desempeñado.
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Crear una red de confianza para impulsar a jóvenes abogadas
El programa de sponsorship nos permitió compartir aquellas experiencias positivas y negativas de crecer en el mundo legal y de exponerse aún más frente a clientes. Logramos crear una alianza y lo que sería, en esta primera edición, las bases de una red de liderazgo de mujeres abogadas.
Del lado del sponsor procuré darle herramientas a Luciana que le permitan crecer en seguridad y confianza para así desarrollar con plenitud su carrera. Como sponsee, considero que la hoja de ruta realizada de la mano de Mayra dentro del programa me permitió seguir avanzando en la línea de carrera dentro de la firma y hoy seguimos trabajando sobre ella.
Podemos concluir que la implementación de herramientas como un programa de sponsorship resulta necesario ya que plantea medidas concretas para el cierre de brechas de género. En la práctica, la experiencia y el liderazgo de las mujeres en la firma se pone a disposición de las abogadas más jóvenes, construyendo un legado y generando una plataforma para que estas últimas cuenten con las herramientas para poder alcanzar sus metas profesionales y personales.
*Mayra Aguirre (asociada principal) y Luciana Márquez (asociada) son parte de la firma Payet, Rey, Cauvi, Pérez Abogados – PRCP. Mayra se ha especializado en derecho de la energía, derecho regulatorio y derecho administrativo. Luciana tiene experiencia en derecho de la competencia, protección de datos personales, protección al consumidor y derecho administrativo.
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