En el sector legal ha existido un sesgo hacia la discusión exclusiva sobre la regulación de bitcoin y las criptomonedas. Sin embargo, es crucial reflexionar sobre las lecciones más amplias que el fenómeno de bitcoin puede ofrecer.
A través de este artículo exploraremos cómo sus principios subyacentes pueden transformar y mejorar la práctica legal.
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¿Qué es el bitcoin?
Es una criptomoneda y un sistema de pago digital creado por Satoshi Nakamoto. Funciona en una red descentralizada de computadoras peer-to-peer (P2P), donde las transacciones se registran en un libro mayor público llamado blockchain. Este sistema elimina la necesidad de intermediarios centralizados como los bancos.
Más allá de ser una moneda digital, es un fenómeno sociológico y cultural que ha influido en diversos sectores de la sociedad, desde la economía y la tecnología hasta el arte y la cultura. Representa un cambio en cómo percibimos y gestionamos el valor, la confianza y las transacciones en la economía global.
Características de su impacto
Tiene varias características que han contribuido a su impacto significativo, para efectos de este artículo nos interesa:
1. Descentralización del poder y confianza
No está controlado por ninguna entidad central. La red es mantenida por miles de nodos independientes que validan y registran transacciones en la blockchain. La confianza en el sistema se basa en la criptografía y el consenso de la red, no en intermediarios centralizados, reduciendo así la dependencia de instituciones financieras tradicionales.
2. Cambio en la percepción del valor
El bitcoin ha redefinido el concepto de valor, demostrando que una moneda puede tener valor sin un respaldo físico (como el oro) o centralizado. Su valor es una construcción social y tecnológica, basada en la oferta y demanda, así como en su utilidad y adopción.
3. Construcción sobre fundamentos existentes
Blockchain, la tecnología subyacente del bitcoin, combina criptografía, teoría de juegos, redes P2P y registro distribuido de datos. Ninguno de estos componentes es nuevo, pero su integración ha creado una innovación disruptiva, mostrando que la verdadera innovación a menudo surge al reimaginar y recombinar elementos existentes.
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La relevancia del bitcoin en el sector legal
En el sector legal ha existido un sesgo hacia la discusión exclusiva sobre su regulación y la de las otras criptomonedas. Sin embargo, es crucial reflexionar sobre las lecciones más amplias que el fenómeno de bitcoin puede ofrecer. Estas lecciones no solo giran en torno de la incorporación de nuevas tecnologías, sino también sobre cómo podemos reconsiderar la confianza, el valor y la adaptabilidad en nuestras prácticas legales.
Bitcoin, con su estructura descentralizada y su enfoque en la confianza basada en la tecnología, invita a los profesionales del derecho a cuestionar y repensar los modelos tradicionales. En lugar de ver la tecnología únicamente como una herramienta a regular, debemos considerar cómo estos nuevos paradigmas pueden inspirar una transformación en la manera en que administramos y practicamos el derecho, promoviendo sistemas más eficientes, transparentes y justos.
Lecciones para abogados
Para abogados “tradicionales”. El mundo actual ha traído un cambio de paradigma y es inevitable. Bitcoin y blockchain han demostrado que la confianza no solamente la tienen las instituciones centralizadas. Los abogados tradicionales pueden aprender a:
- Reconsiderar la confianza en instituciones o cuestionar el status quo: muchas cosas son como son por una realidad que ya no tiene vigencia y/o porque no existían los medios para hacer cambios significativos.
- Adaptarse y resiliencia: mantener la adaptabilidad ante cambios tecnológicos y regulatorios, aprendiendo de la resiliencia demostrada por la comunidad de bitcoin frente a fluctuaciones de mercado y críticas.
- Valorar y evolucionar desde fundamentos existentes: reconocer que la innovación puede surgir de la combinación y mejora de tecnologías preexistentes, aprovechando herramientas digitales para mejorar la eficiencia y seguridad en la práctica legal.
Para InnovaLawyers. Bitcoin está redefiniendo lo que se considera valioso al basarse en una construcción social y tecnológica en lugar de respaldos físicos. No nace de la nada sino que trae una nueva forma de configurar el pasado. Los abogados innovadores pueden aprender a:
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- Explorar nuevas formas de valor: cambiar la percepción del valor, valorando el pasado y no siendo “noveleros”. Buscar nuevas formas de valor legal que rompan con las ideas tradicionales.
- Fomentar la colaboración interdisciplinaria: trabajar con expertos en otras disciplinas para desarrollar soluciones legales innovadoras que puedan abordar problemas complejos de manera más efectiva.
- Impulsar la innovación cultural: inspirar y participar en movimientos culturales dentro del derecho, utilizando tecnologías emergentes para cuestionar y redefinir las estructuras de poder y los modelos tradicionales en el ámbito legal.
Para No-Abogados. Bitcoin y blockchain nos enseñan que la tecnología puede empoderar a las personas y democratizar sistemas centralizados.
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Los no-abogados pueden aprender a:
- Descentralizar la confianza y el poder: cuestionar la perspectiva de que el abogado es el único y mejor intermediador entre los “no abogados” y la información jurídica o el mundo del derecho.
- Participar en la innovación: involucrarse activamente en la creación y promoción de soluciones legales que desafíen y mejoren los modelos tradicionales, facilitando el acceso a la justicia y la equidad.
Bitcoin y blockchain representan más que una simple innovación tecnológica, son una invitación a reimaginar y rediseñar los fundamentos del sector legal. La descentralización del poder y la confianza, la redefinición del valor y la resiliencia ante el cambio son principios que pueden guiar esta transformación.
Es fundamental que los profesionales del derecho abracen estos nuevos paradigmas y adopten la tecnología como una herramienta para mejorar la eficiencia, la transparencia y el acceso a la justicia. La colaboración interdisciplinaria y la educación continua son clave.
Somos los actores del sector legal, incluidos quienes no son abogados. A través de la adaptación y la innovación, podremos construir un sistema legal más justo, eficiente y accesible para todos. Al final del día, más allá de la tecnología, somos las personas el secreto detrás de todo cambio.
*Pablo Arteaga es gerente de consultoría de PDP Expert.
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