El sector legal latinoamericano deberá sortear ciertos riesgos políticos y tecnológicos —además de aquellos que obedecen al contexto global económico— en esto que parece el comienzo de una nueva era (regional y global). Por un lado, la sustitución de trabajo legal por la inteligencia artificial (IA) es inminente para ciertos servicios que prestan los abogados, pero la buen noticia es que la IA aún no tiene habilidades blandas y una inversión en innovación y en desarrollos tecnológicos podrían marcar la diferencia. Por otro lado, la consolidación regional de un bloque político de izquierda que impulsa una serie de reformas a normas fundamentales para el desarrollo de los países de la región, laborales y energéticas, por mencionar algunas.
“Los abogados juegan un rol clave, sobre todo en economías frágiles”, comentó el economista Juan Carlos Echeverry Garzón, exministro de Hacienda y Crédito Público de Colombia y exdirector ejecutivo de Ecopetrol, en su ponencia como primer keynote speaker en la Biennial International Bar Association (IBA) Latin American Regional Forum conference.
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“Son tiempos dramáticos”, dijo, al evaluar el crecimiento económico regional y las proyecciones de la inflación.
Desde la IBA, el foro fungió como un recordatorio sobre las prioridades de la asociación internacional, como los valores democráticos y, a decir de Almudena Arpón de Mendívil Aldama, su presidenta, para seguir desarrollando el objetivo de “trabajar junto con todas las firmas legales y los colegios de abogados”.
Durante los días 22, 23 y 24 de marzo se celebraron conferencias sobre riesgos y tendencias para el sector. El evento congregó a cerca de 800 profesionales legales y abrió debates sobre un camino apenas dilucidado para el mercado de los servicios legales.
Por ejemplo, en tecnología se debatió sobre el uso del big data, los criptoactivos, la tokenización, la regulación dentro del metaverso, el blockchain, el uso de Inteligencia Artificial e incluso los softwares que impulsan la adopción de criterios ESG, así como mejores prácticas de gobernanza y compliance.
En igualdad de género se discutió, con atención a los mínimos detalles, la creación de programas de mentoría y el reconocimiento de la participación de las mujeres (al respecto, el Women Lawyers’ Committee de la IBA elaboró este mentorship toolkit), recomendando la definición clara de los objetivos que impulsará la firma, así como la selección de las y los mentores, como puntos fundamentales para el éxito del programa.
Las claves en la igualdad y la inclusión, a decir de Arpón de Mendívil Aldama durante la sesión plenaria del programa de mentoría, están en la creación de la carrera, la visibilidad, el trabajo en contactos profesionales, en el “be brave” al momento de tomar grandes casos que introduzcan a las mujeres al C-Suite, así como tomar decisiones definiendo las prioridades (pues no se puede hacer todo al mismo tiempo), asegurarse de contar con refugios cerca y disponibles (principalmente personas), así como entrar a la mentoría y, como refirió Ursula Ben-Hammou, una de las moderadoras y counsel de Rodrigo Elías & Medrano Abogados, contar con un sponsor, es decir, una persona que hable bien de la profesional, especialmente cuando no se encuentra en la sala de conferencias.
Un tema transversal al programa fue el de la relación con los clientes: desde sus dudas y solicitudes de estrategias respecto de las últimas decisiones de la autoridad considerando las fusiones y adquisiciones en puerta, hasta lo que estos esperan de los despachos legales una vez que estén modernizados.
“Sería excelente construir un sistema semáforo entre oficinas legales y firmas: los asuntos color verde serían los que menos demandarían tiempo de los profesionales y los rojos los que más se trabajarían”, propuso Xavier Carega, de Meta (en The in-house perspective on new tech tools reshaping legal services).
“Estos asuntos [los discutidos en el foro] los debemos trabajar a un nivel local, necesitamos agregar los proyectos a nivel local”, refirió la presidenta de la IBA.
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La izquierda en América Latina y los desafíos de la nueva regulación
El viraje a la izquierda podría explicarse al considerar que, de acuerdo con el especialista, los argumentos puramente económicos no funcionan más en el electorado, las personas están esperando argumentos de identidad y es algo que obedece a un movimiento global.
Lejos de la añeja privatización, en un análisis elaborado por el propio Echeverry Garzón, se identifican tres tipos de administración con distintos métodos de dominancia.
- Caviar: en el primer modelo hay incremento de impuestos, el rol marcado de un Estado subsidiario, regulación invasiva y un mayor tamaño del gobierno.
- Piraña: además de las anteriores, en este segundo modelo aplica el control de precios, la importación sustituta, mayor supervisión al sector privado, un middle-man dictatorship, reformas sobre los sectores minero y energético, reforma al sistema de ahorro de pensiones (haciéndose cargo), regímenes de tipo de cambio diferencial, cambio de roles para las fuerzas armadas, pérdida de independencia para autoridades electorales así como de los Bancos Centrales.
- Megalodón: se suman a la lista el hacerse cargo de los servicios de salud y cuidado, de la creación de legislatura, reelección constante e indefinida, nacionalización y expropiación de firmas y, finalmente, el Ejecutivo toma control del Poder Judicial.
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“Hay un alto nivel de incertidumbre política y económica”, refirió el experto. También hay crisis bancaria y de inflación, y las cosas están por cambiar de manera drástica por números y tecnología. Echeverry terminó su exposición preguntando si es que estamos preparados.
Entonces, ¿lo estamos?
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