A un mes del inicio de la pandemia, en abril de 2020, Chile fue el primer país de América Latina que presentó una actualización a su plan de reducción de emisiones de carbono para enfrentar el cambio climático, de cara a la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 2025 (COP25).
En ese momento, Carolina Schmidt, la ministra del Medio Ambiente, indicó que una vez que se superara la crisis sanitaria, la reactivación de la economía debería ser sustentable y enunció cuatro pilares que Chile se comprometió a impulsar: mitigación, adaptación, integración y desarrollo bajo en emisiones, además de una consideración sobre el cambio climático.
Bajo ese compromiso, las empresas que tienen proyectos de energía en el país andino, así como aquellas que tienen inversiones en dicho territorio, apuntaron a las transacciones —compras, adquisiciones y participación en proyectos— que privilegiaron las de fuentes renovables.
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Desde el inicio de la pandemia en Chile, es decir, desde el 8 de febrero, el día en que se dictó la emergencia sanitaria, hasta hoy los proyectos energéticos de fuentes renovables y no renovables acapararon el mercado de las adquisiciones.
En una mirada panorámica, el sector energético fue el que realizó el mayor volumen de transacciones y, en la misma medida, movilizó buena parte de los recursos operacionales, con un monto ascendente a 14.654 millones de dólares, según datos de Ágora, el sistema que registra adquisiciones, emisiones y financiamientos en América Latina. De estas operaciones, 81.5 % corresponde a compras de empresas de generación de energías renovables, es decir, empresas de energía eólica, termoeléctrica, así como de índole solar-fotovoltaica.
Estos proyectos de energía verde concretaron transacciones por más de 13.513 millones de dólares en el periodo de referencia.
La operación de mayor valor económico en esta materia fue la de State Grid International Development de la participación de Naturgy en la filial chilena Compañía General de Electricidad. Se trata de una adquisición por 3.044 millones de dólares, según lo reportado por las empresas. Cerró el 13 de noviembre de 2020.
Las firmas detrás de esta operación fueron: Claro & Cía; Guerrero Olivos y Paul, Weiss, Rifkind, Wharton & Garrison, esta última involucrando a sus oficinas de China y Estados Unidos.
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En este periodo ha sido trascendente también la adquisición por parte de State Grid International Development (SGID) de la participación de la estadounidense Sempra Energy en la empresa local de generación eléctrica Chilquinta Energía y otros negocios chilenos. En su cierre, el 26 de junio de 2020, esta operación fue valorada en 2.513 millones de dólares. Aquí Paul, Weiss, Rifkind, Wharton & Garrison volvió a tener participación así como Claro & Cía. Además tuvieron parte Carey, Barros & Errázuriz Abogados y Sullivan & Cromwell.
Merece una mención la compra de todas las acciones de Colbún Transmisión, una de las empresas más grande de Chile, por Alfa Desarrollo, sociedad chilena controlada por APG Energy and Infra Investments (80 %) y Celeo Redes (20 %), operación que se registró el 30 de marzo de 2021. En esta Barros & Errázuriz Abogados asesoró a Colbún y Carey a Celeo Redes y APG Energy & Infra Investments.
Las firmas detrás de las adquisiciones energéticas
Para el rubro y la materia, destaca la participación de la firma internacional White & Case, pues estuvo en el acompañamiento y la negociación de cuatro proyectos energéticos, tanto renovables como no renovables. Las operaciones en las que participó dicho bufete superaron los 1.300 millones de dólares según lo registrado en Ágora.
En cuando a las firmas locales, Carey tomó la delantera en cuanto a número de proyectos energéticos en lo que va de la pandemia en Chile y en cuando a monto: 3.815 millones de dólares.
Al respecto, José Miguel Bustamante, socio de Carey en el área de energía, asegura que cada vez más los pequeños y medianos consumidores de electricidad se están acercando a las fuentes renovables, no solo en línea con las políticas públicas impulsadas por el gobierno chileno, sino como un compromiso y conciencia ambiental.
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Las transacciones de energías renovables son importantes, remarca el experto de Carey para LexLatin, porque contribuyen a alcanzar los objetivos de Chile rumbo a 2050, cuando el país andino deberá tener una emisión neutra de carbono.
“Chile tiene las condiciones para colocarse como líder mundial en la producción de hidrógeno verde, lo que obviamente generará mucha actividad legal y financiera en nuestro mercado”, remarca Bustamante.
El socio de Carey detalla que hay un par de razones por las que las empresas deciden apostar por el mercado de las energías verdes en Chile: recursos solares, eólicos, geotérmicos e hidrológicos diversos y repartidos en todo el territorio, además de un mercado competitivo de energías renovables.
“El 100% de la inversión en el segmento de generación, transmisión y distribución es privado y cerca del 90% de esta inversión proviene de compañías extranjeras que invierten a largo plazo”, puntualiza el abogado.
Morales & Besa completa ocupa un segundo lugar más adquisiciones de este tipo, sus operaciones se concentraron en energías renovables, particularmente en empresas de generación de energía eólica, con transacciones por un valor acumulado de 1.122 millones de dólares. Un tercer puesto lo obtiene Claro & Cía, con un acumulado de 140,4 millones de dólares.
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