Impulsar y sostener una cultura de innovación en el sector legal

Los abogados latinoamericanos destacados “superan la media global en los principales indicadores clave de performance en fijación de precios, eficiencia y adopción de tecnología”, revela el último estudio de Thomson Reuters sobre habilidades y progresión de desempeño del sector legal. De un universo de 1.170 abogados —señalados como líderes del sector por clientes y otros colegas del medio—, los profesionales que sobresalen en la región figuran como más innovadores. 

Entre sus hallazgos, el Stellar Performance Skills and Progression Survey arroja, por ejemplo, que de “16 categorías de tecnología diferentes, los abogados latinoamericanos fueron más activos o receptivos al uso de la mitad de ellas que las tasas promedio mundiales”. A este score se añade el mayor compromiso que los profesionales latinos indican tener con “tecnologías diseñadas para gestionar los flujos de trabajo y mejorar la eficiencia de la ejecución”, así como el “vínculo claro entre la adopción de tecnologías emergentes y la satisfacción del cliente”, insight obtenido por Thomson Reuters como parte del análisis de resultados.  

“La tecnología es indispensable en el desarrollo de las actividades profesionales y el sector jurídico se mantiene en constante movimiento, especialmente en América Latina, donde se les exige adaptarse a procesos, brindar el mejor servicio a sus clientes, eficientar operaciones y garantizar el acceso a información y datos claros y confiables para su análisis”, mencionó Menotti Franceschini, Country Manager de Thomson Reuters México.

Según Menotti, el objetivo del estudio es contribuir con el desarrollo del sector, puntualmente manteniendo a sus abogadas y abogados actualizados y competitivos. 

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En el extenso y diverso sector legal latinoamericano se registra, además, un camino cuesta arriba en la adopción de tecnologías y, lo que es más importante, aún no se prioriza el cambio hasta concretar la transformación de su mindset. Incluso un reciente estudio desarrollado por Ernst & Young que indaga sobre el comportamiento que sigue el sector corporativo respecto de la transformación digital destaca que el área legal es, junto con recursos humanos y finanzas, una de las que más rezago presenta en lo que a percepción de madurez digital refiere. 

Al respecto, LexLatin conversó con Andrés Jara, socio fundador de Alster Legal y cofundador y CEO de Kea Technology, para conocer, desde su expertise, cómo aprovechar el impulso innovador detectado en los profesionales destacados de la región. Jara aborda dos áreas clave: hacer sostenible una cultura de innovación e impulsar el negocio desde el legaltech.   

Cultura de innovación

¿Qué aspectos debe atender el sector para concretar la transformación de las conductas estructurales del abogado latino? ¿Cómo impulsar y sostener una cultura de innovación en el sector?

Andrés Jara: Visualizo 3 iniciativas claves en esta materia: educación, difusión e inclusión. En materia de educación resulta esencial que las casas de estudio incorporen contenidos vinculados con las áreas que convergen en la transformación, por ejemplo, cursos obligatorios en mallas de pregrado que hablen sobre innovación, tecnología, casos de uso, metodologías de trabajo innovadoras, etc. Digo pregrado porque estoy convencido de que debe darse este sello desde el origen de la formación del profesional y no solo contribuir con herramientas y conocimientos luego de que los profesionales empiezan a trabajar y adquieren malos hábitos. 

Sobre la difusión, es a partir de que las y los líderes de opinión, las personas que realmente influyen o inspiran las conductas de otros, no toman las banderas de la innovación. Tampoco abordan estas temáticas en los principales seminarios con propiedad, con historias de éxito, con experiencias que motiven a otros a la acción. Si no empieza a concretarse esto, será difícil movilizar a quienes no están aprendiendo de innovación, usos y aplicación de la tecnología, desde sus inicios académicos.

Finalmente, la inclusión. Los abogados debemos abrirnos a compartir con profesionales de otras áreas que complementen nuestro trabajo o liderazgo de equipos legales. Es de destacar que los abogados tenemos un comportamiento muy elitista, de nicho, de monopolio, que puede impactar negativamente en profesionales de otras áreas que vean en nuestra industria oportunidades de mejora. No son pocas las veces que he escuchado a algún ingeniero decir que transformar a un abogado es una batalla perdida. Los gremios de abogados y empresarios deben tener un rol relevante para discutir estas materias. 

Desde su experiencia, ¿cuáles son los primeros pasos que una firma o despacho debe dar para impulsar una estrategia que innove en la fijación de precios? 

Andrés Jara: La verdadera dificultad en la fijación de precios radica en cómo lograr márgenes de negocio atractivos que no hagan que su costo de oportunidad sea superior a la utilidad. Allí está la magia del precio ideal, pues este debe ser capaz de contribuir a generar un valor superior y atractivo, dado por el costo de oportunidad. Con esto dicho, un equipo profesional que no tiene muy claro su costo fijo, su costo variable y su costo de oportunidad no podrá determinar una estrategia de precios efectiva. 

Un aspecto más evolucionado será entender cómo puedo idealmente desarrollar una estrategia de precio por valor percibido y no solo definida por mi estructura de costos, pues es en el valor percibido donde mis márgenes pueden ser realmente atractivos. De esta forma, si solo vendo commodities de servicio, probablemente el valor percibido sea inferior, la competencia abundará y la posibilidad de maximizar márgenes será reducida. Por el contrario, si logro construir una propuesta de valor diferenciada, quizás, pero solo quizás, logre capturar más valor de la demanda.

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El valor del legaltech

¿Cómo contribuye el legaltech a optimizar las dinámicas y modelos de trabajo en el sector legal? 

Andrés Jara: Las tecnologías disponibles para los profesionales del derecho son múltiples y se insertan en diversas verticales. Por ejemplo, productividad, relación con clientes, control de riesgos, administración y gestión de los servicios, entre otras. Por lo mismo, no cualquier solución tecnológica permite optimizar dinámicas y modelos de trabajo, más cuando la tecnología muchas veces no contribuye por sí misma a cambiar conductas humanas. Mi percepción es que, si no dotamos a las tecnologías de componentes motivacionales, reales inductores de conducta, lo que hoy muchos llaman gamificación, es altamente complejo contribuir a esa optimización y mejora en los hábitos de trabajo. Así es como orientamos nuestros esfuerzos en la compañía que lidero. Hemos desarrollado aplicaciones, contenidos y recursos que doten efectivamente a los usuarios de herramientas motivacionales que hagan más llevadero su trabajo, pero sobre todo que logren cambios conductuales marginales e incrementales con impacto en sus vidas y no solo en sus profesiones.

¿Ve una relación entre la adopción de las tecnologías y la mejora del compromiso de las abogadas y abogados latinos en el desempeño de sus labores?

Andrés Jara: Basado en los datos compartidos por el último reporte de IBA Young Lawyers, creo ciertamente que el real interés en el uso de tecnología ha impulsado una ola de requerimientos por parte de los profesionales. Se exige a los entornos de trabajo herramientas adecuadas para hacer de su trabajo una actividad simple, eficaz y entretenida. Por lo mismo, aquellos despachos o gerencias legales que no empujan al uso de tecnologías en sus equipos tienden a tener propuestas de valor menos atractivas para atraer al talento y, ciertamente, tienden a tener más riesgo de rotación entre aquellos profesionales jóvenes que hoy valoran el desarrollo y empuje de proyectos de transformación digital.

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Flexibilidad y talento

El proceso de transformación del sector, acelerado por la pandemia, requiere atender varios frentes claves, como explica Andrés Jara. Para desarrollarlo se requiere canjear el temor al cambio por la flexibilidad. El especialista lo explica a través del que denomina el cambio más relevante hecho en la emergencia sanitaria: el trabajo remoto y el uso de la nube para el acceso a la información. A partir de este cambio destaca lo verdaderamente importante: no descuidar el estándar del servicio.

“Probablemente uno de los cambios más relevantes, ya comentado por muchos, radica en el definitivo avance que implica perder temor al uso de plataformas basadas en la nube que permiten accesibilidad remota. Hoy esta perspectiva se destruye, los espacios colaborativos y remotos dotan de la flexibilidad necesaria para continuar trabajando”. El siguiente desafío para Jara es atender e integrar a estos cambios algo esencial, la gestión de “los equipos de trabajo para lograr o mantener el estándar de servicio que requiero”.