Sería absurdo pensar que las cosas siguen igual que en 2017, 2018 o 2019, no, el mundo ha cambiado y con él la forma de hacer negocios. Estos cambios, por supuesto, tienen reflejo en el sector inmobiliario mexicano.
El cambio impulsado por la prepandemia, sumado con factores propios de la emergencia sanitaria, están definiendo el futuro de esta industria y el papel de todos los que participamos en ella.
Estamos conscientes del miedo de los inversionistas de poner en riesgo su patrimonio en un periodo de elevada incertidumbre, ante la promesa de un cambio profundo y radical en la forma de ser, pensar y vivir de las nuevas generaciones que participan del mercado. Según reporta una compañía con presencia global, los millennials y centennials representan más del 50 % de la población mundial y sus tendencias y formas de consumo inspiran cambios de paradigmas. A ello es de añadir que para el 2025, según señala Deloitte, el 75 % de la fuerza laboral del mundo pertenecerá a estas generaciones.
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Cambio generacional del mercado
La nueva perspectiva sobre la actualidad y el futuro de los jóvenes emprendedores, trabajadores, inversionistas y consumidores nos hace replantear la ruta que seguirá el mercado inmobiliario. Es un hecho que todas las personas que participamos en este mercado de manera directa o indirecta, a fines de los noventas e inicios de este siglo nos enfocamos en hacer negocios inmobiliarios a gran escala.
En contraposición al consumidor promedio de ese periodo, quienes prefieren destinar su dinero a disfrutar experiencias, en lugar de comprar un inmueble que sea su patrimonio.
Los nuevos consumidores favorecen el mercado de rentas sobre el mercado de las ventas inmobiliarias. El perfil actual de la sociedad emergente tiene diferente requerimiento de espacios, propiedades, inversiones, forma de trabajo, estilo de vida.
Un inversionista actual prefiere las pequeñas inversiones en diversos proyectos que una gran inversión en uno solo. Los medios alternativos de financiamiento e inversión como el crowdfunding presuponen diferentes tipos de estrategia fiscal y de negocios que nos obligan a modificar nuestra visión y a cambiar la forma de interpretar y aplicar la ley para la elaboración de documentos de soporte.
Los nuevos emprendedores requieren un tipo de acompañamiento legal distinto al que solíamos dar en el pasado. Por temas de costos y de estrategia de negocios, ellos participan más en los procesos, incluidos los procesos legales. En contraparte, prefieren que los abogados nos involucremos solo en algunas etapas de las operaciones transaccionales y de inversión, en lugar de ser el consejero que guía el proceso de negociación.
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Nuevas tendencias
Actualmente, la industria inmobiliaria se prepara para diversos cambios, entre los que identificamos los siguientes:
Oficinas
- El teletrabajo —adoptado como una nueva modalidad laboral— sea único o híbrido, hace que los empleadores requieran un número reducido de metros de oficina en comparación con lo que usualmente tenían. Enormes compañías han reducido sus espacios a oficinas compartidas y continúan manteniendo esto como opción a mediano y largo plazo.
- El impacto en el sector de alquiler de oficinas ha generado que muchos arrendatarios pidan condiciones más favorables que las que originalmente tenían para continuar con sus contratos. Esto implica una alta demanda de renegociación, lo que obligará a los arrendadores a ser más competitivos debido al alza en la oferta.
Residencial
En el mercado residencial se perciben dos efectos:
- Ante la pérdida de trabajo o la precaria situación económica, parte importante del mercado se ha visto en la necesidad de liquidar sus bienes inmuebles (casas, departamentos) para solucionar, en alguna medida, los efectos económicos de la pandemia.
- Por otra parte, los proyectos inmobiliarios residenciales han cambiado su enfoque de venta a proyectos de renta. Estos espacios son sumamente reducidos, con mayor concentración de personas en edificios de vivienda, con un sinnúmero de áreas de convivencia social, deporte y esparcimiento, que permiten a las nuevas generaciones cubrir sus expectativas de balance y experiencias de vida. Para estos casos, hemos desarrollado e implementado proyectos de crowfunding, que admiten un mayor número de inversores con menores montos de inversión. Esto pulveriza el riesgo de los inversionistas y genera un proceso de creatividad y replanteamiento de las estructuras legales, inmobiliarias y financieras utilizadas en el pasado.
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Comercial
- El creciente cierre de negocios, debido a la crisis sanitaria y económica global, ha provocado una crisis descomunal en el mercado de renta de espacios de locales comerciales en el país, en todos los aspectos y niveles socioeconómicos.
- El regreso de la gente a la “normalidad” ha impactado en los precios de bienes y servicios que se ofrecen al público, por lo que se vislumbra incertidumbre respecto del comportamiento del mercado y la forma en que se reactivará la renta de espacios comerciales.
Servicios logísticos
- Hemos visto cambios en los servicios logísticos y un evidente desabastecimiento de diversos bienes en distintos sectores de la economía. Consideramos que este desabastecimiento continuará en la medida en que persistan las oleadas de COVID-19 en el mundo.
- El mercado tendrá que adaptarse a los cambios en la demanda de servicios logísticos para hacerlos más accesibles y eficientes a los clientes, lo que impactará en el costo de los servicios al cliente y cambios en las estructuras legales de soporte.
Industria de hospitalidad
- Los modelos de negocio han cambiado sustancialmente. La renta de espacios turísticos a través de plataformas es y seguirá siendo un esquema de negocio que quitará mercado a los anteriores líderes de la industria hotelera.
- Los participantes de la industria enfrentan grandes retos para mantener sus inmuebles en condiciones óptimas de servicio, ante una decreciente demanda derivada de la pandemia y de los nuevos esquemas vacacionales.
Ante los constantes cambios que se viven en la industria, los especialistas en materia inmobiliaria vemos imperante reinventarnos y seguir enfocando nuestros esfuerzos en atender y lograr los objetivos de los clientes. Para ello, toca comprender y asumir su cambio de enfoque, los esquemas alternativos de financiamiento y nuevos retos que presuponen.
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