El abogado de empresa, también llamado in-house, es el profesional en derecho encargado de manejar no solamente los aspectos relacionados al ámbito legal corporativo de la compañía en la que trabaja, sino que también debe convertirse en un perfecto estratega de negocios para, de esta forma, combinar los conocimientos técnico-legales con la habilidad de gestionar y administrar proyectos de alto impacto.
Ahora bien, ¿cómo cambia el panorama si hablamos de un abogado de empresa con operaciones regionales y no solo locales? Desempeñar esta función, independientemente de la industria de la compañía, requiere de habilidades y enfoques particulares y de la atención de algunos desafíos regionales, como los que siguen.
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Creatividad y soluciones innovadoras
En ocasiones, las asesorías in-house se encuentran con zonas grises que obstaculizan la gestión y garantía de ciertas operaciones comerciales. Sin duda alguna, cada jurisdicción juega un papel fundamental para el análisis de aspectos jurídico-tributarios, por lo que existe la expectativa de que el abogado se convierta en un estratega que presente soluciones innovadoras que permitan la fluidez del negocio en ámbitos regionales.
Equilibrio entre necesidades legales y necesidades operativas del negocio
Para cumplir con ambas perspectivas, es necesario un conocimiento profundo de los procesos de la empresa, así como de la industria en la que se desarrolla.
Es esencial establecer comunicación con todas las áreas involucradas en los distintos proyectos o solicitudes, para que de esta manera se tomen decisiones legales que respalden a la empresa. Es importante que estas comunicaciones no pongan en peligro la operatividad comercial del negocio.
Tomar riesgos será inevitable, por lo que cada una de las consecuencias tienen que medirse en una balanza de pros & cons.
Conocimiento profundo de la empresa y sus procesos
¿Han escuchado la popular frase de “cada empresa es un mundo”? En efecto, y si a eso se le agrega también la industria, se torna más compleja la ecuación.
Las compañías designan sus procesos según sus sistemas tecnológicos, estrategia, tamaño, riesgos, volumen de trabajo y presupuesto, entre otros aspectos esenciales.
El asesor legal obligatoriamente tendrá que nutrirse de estos procesos y aprender cuáles son sus debilidades y fortalezas, para así convertirse en un aliado estratégico y asesorar desde una perspectiva que contemple todos los riesgos del negocio.
El dominio de la empresa y sus procesos es un factor crítico y clave para tomar decisiones informadas y trascendentales.
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Participación en la estrategia comercial y toma de decisiones
El rol del abogado in-house ha evolucionado: pasó de ser reactivo a ser preventivo y proactivo.
Los directivos de las empresas necesitan y buscan la participación de sus abogados en la estrategia comercial general y, sobre todo, en la toma de decisiones. La única manera de generar valor es estar presente y aportar las perspectivas del negocio que solo el área legal sabe transmitir y explicar.
Desarrollo continuo y adaptación a los cambios normativos
La actualización y capacitación es crucial. El refrescamiento de temas de actualidad y de cambios normativos o tendencias legales regionales permiten un mejor análisis y toma de decisiones oportunas para enfrentar los desafíos legales y comerciales emergentes.
De igual manera, este elemento usualmente va de la mano con la comprensión de la condición geopolítica del país en el que se desarrolla la compañía, ya que la forma de manejar las operaciones del negocio diferirá entre sí, dependiendo de donde se encuentren establecidas.
Administración presupuestaria y de proveedores legales externos
Aunque las gerencias legales internas desearían un presupuesto ilimitado para poder realizar las consultas y gestiones que sean necesarias, la realidad es completamente distinta.
Usualmente, en las empresas se asigna un presupuesto mensual o anual a cada unidad de negocios. Por otro lado, la relación profesional con los abogados que fungen como asesores externos es crucial para lograr cumplir en tiempo y forma las metas de la empresa. Los proveedores de servicios legales externos deben comprender el entorno jurídico y de negocios en el que se desarrolla la compañía, pero, sobre todo, debe ser otro aliado estratégico; previniendo y mitigando los problemas, así como evaluando continuas soluciones jurídicas para la operatividad comercial y administrativa.
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Ser socio estratégico
Este punto representa el inconveniente más grande que enfrenta todo departamento legal de empresa: convertirse en un "centro de costos".
Contabilizar las retribuciones y ventajas que pueda generar el área legal a la empresa resulta un tanto complicado, debido a que requiere del diseño de métricas y análisis que involucran a distintos departamentos internos. Es esencial que cada paso dado por parte del equipo de abogados y personal de apoyo los acerque cada vez más a la meta.
Este es un reto enorme y no es algo que posiblemente se logre de la noche a la mañana, pues requiere de un proceso continuo. Una hoja de ruta perfilada es una excelente herramienta para conseguir los objetivos apropiados.
Uso de tecnología jurídica
Antes de implementar el uso de tecnología legal (legaltech), primero es necesario analizar el presupuesto con el que cuenta el área legal, para posteriormente evaluar qué clase de plataformas o sistemas pueden impactar de forma positiva la gestión legal del departamento.
Así mismo, es importante acotar que “lo que le sirve a uno, no necesariamente le sirve al otro”, es decir, cada empresa e industria presenta necesidades particulares, por lo que es importante comprender de forma íntegra el flujo de solicitudes legales, lo que va a permitir una mejor toma de decisiones en cuanto a los proveedores tecnológicos a contratar.
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Uso de inteligencia artificial y protección de datos
La inteligencia artificial se ha globalizado de tal manera que inclusive ya son accesibles las versiones gratuitas, como lo es la más popular y conocida “ChatGPT”. No obstante, aunque el uso de estas plataformas o aplicaciones puede simplificar, automatizar y acortar el tiempo de ciertas tareas para el área legal, estas a su vez son un peligro de divulgación de datos personales y secretos comerciales de la compañía.
Es esencial utilizar estas herramientas de forma ética por medio de políticas empresariales claras que permitan un sano uso y resguardo de información confidencial o sensible, tanto del empleador como de sus empleados.
La operación regional de una empresa supone una serie de grandes retos al tratarse de distintas jurisdicciones con normativa jurídica heterogénea y un espacio geopolítico desigual. Por consiguiente, esto debe ser abordado con precisa delicadeza para no descuidar ningún aspecto que pueda generar una contingencia al negocio. El abogado de empresa jugará un rol fundamental para prevenir y activar planes que permitan la continuidad operativa comercial.
Creo vital exteriorizar que cada asesoría in-house deberá velar por la adecuada gestión legal y cumplimiento normativo y regulatorio acorde a su industria, haciendo uso de sus conocimientos técnico-legales y habilidades de administración para salvaguardar en todo momento los intereses del negocio.
*Andrey Ulate Marchena es abogado in-house en la Dirección Legal del INCAE Business School.
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