No es ningún secreto que las carreras de los abogados internos están más limitadas en cuanto a crecimiento jerárquico y mejora de la retribución económica anual que las carreras de los abogados externos.
Las carreras de los abogados en los modelos piramidales de las firmas tienen crecimiento anual, según la mejora de la facturación de la firma, del área y del individuo.
La carrera a socio de cualquier abogado dentro de una firma viene marcada por su capacidad de generar negocio. Esto supone un cambio profundo de lo que se espera de un abogado, pues el 'abogado tradicional' puede no cumplir las expectativas. Por tanto, se añaden al perfil profesional nuevos conocimientos (de marketing y comunicación para el desarrollo de negocio, por ejemplo) y nuevas competencias y habilidades.
En este escenario corresponde a las facultades de Derecho saber cuán importante es formar en estas disciplinas a sus estudiantes, para ayudar a la evolución de la carrera de las y los abogados como oficio, con un aprendizaje que requiere conocer el entorno, la tecnología y el mundo digital, más allá del mero conocimiento legal técnico.
No obstante, el mercado ha generado nuevos modelos de prestación de servicios legales (cada vez menos alternativos) para que el abogado se dedique a ser un excelente abogado técnico, cambiando el concepto de 'asunto' por el de 'proyecto', formando equipos multidisciplinarios. En estos, las tareas relacionadas con la venta son asumidas por personal preparado para ello.
La carrera en los despachos está altamente pautada y, aunque el lockstep (modelo piramidal) se ha convertido en meritocrático, los pasos están medidos, así como las reglas del juego suelen estar muy claras, combinando años de experiencia con capacidad de generar negocio.
Habilidades de abogados de empresas
Un requisito indispensable, común para cualquier práctica, es la excelencia técnica pero, dependiendo del ámbito, no es el único requisito.
La carrera en las empresas no está tan pautada ni supone un avance anual. Lo que sí: el mercado ha comprendido la importancia de la función jurídica dentro de las empresas y lo relevante que es tener un buen equipo interno. Esto se ha trasladado con un movimiento hasta hace unos años inusual de posiciones de abogados internos entre compañías.
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El problema de hacer una carrera interna en una empresa es que, a pesar de ser muy enriquecedora a nivel empresarial, está muy limitada comparada con la de los despachos. Las posiciones de general counsel o director del departamento legal son muy estables y, como en otros departamentos de las empresas, la carrera jerárquica es más complicada al no haber tanta rotación.
Dentro de los propios departamentos legales existen diferentes perfiles de profesionales. Están, por un lado, los expertos técnicos para quienes su disciplina es la base de su trabajo (regulatorio, contratos muy específicos, etc.) y, por otro lado, los que incluyen en sus competencias las habilidades directivas que les convierten en gerentes exportables a otras áreas de la empresa, incluso a posibles directores generales de compañías.
Los abogados de empresa han abandonado su papel reactivo y aportan su criterio en decisiones de negocio, contribuyendo a la estrategia de la compañía.
Su manera de asesorar es diferente y han incorporado la eficiencia como una pieza clave en la entrega de valor. La excelencia técnica no es suficiente, se necesita además la operativa (procesos y mejora continua). De hecho, respondiendo a estas necesidades hemos asistido, recientemente, al nombramiento de responsables de departamentos de operaciones internas en compañías españolas.
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Los abogados in house requieren de itinerarios formativos en sus carreras que les permitan flexibilizar sus responsabilidades y trabajar en estructuras matriciales, con responsabilidades por proyectos. Por ejemplo, los abogados son líderes de los proyectos de automatización de contratos en los que están envueltos, negocio, IT y compras.
Entre los dos colectivos existe un problema común y es la necesidad de talento joven y de poder satisfacer unas necesidades de crecimiento continuo ante jóvenes sobradamente preparados, que imaginan sus trayectorias fulgurantes. Los jóvenes exigen que se les cuide y, a la vez, tiempo libre. Seguramente esto revierta en algo bueno para todos, pero la realidad empresarial es diferente especialmente en el sector legal.
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*Eugenia Navarro es socia de Lois y profesora en ESADE, Barcelona, España. Además, es codirectora del MIT Educación Profesional en Español. Email: [email protected]
**Artículo publicado en Expansión, España, en el blog "Fuera de la Ley".
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