
Los dispute boards son, como su nombre lo indica, comités de resolución de disputas. Estos mecanismos informales de prevención de litigios buscan la resolución constante y preventiva de conflictos, teniendo en cuenta las relaciones a largo plazo en el mundo de los negocios y la buena fe por mantener esas relaciones de las partes.
¿Cómo funciona en la práctica? Eric Franco —socio de Legal Delta, especializado en proyectos en el sector construcción y energético, principalmente, con experiencia como abogado in-house, funcionan como asesorías— comenta que hay reuniones periódicas con los encargados del negocio, a veces presenciales y otras virtuales, en estas se revisan los puntos de conflictividad de acuerdo con las informaciones sobre los temas importantes que han estado aconteciendo en la evolución del negocio, los principales retos. Los dispute boards toman nota de todos los pormenores y elaboran una agenda sobre los que identifican como potenciales riesgos y se abordan en las juntas de uno por uno. Además se hacen visitas para revisar avances del negocio, en estas quien está a cargo de la asesoría hace preguntas y documenta cada detalle o situación que podría escalar a conflicto
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“El dispute board, al generar registros contemporáneos diluye controversias. Las elimina como pompas de jabón porque hace que haya más registros contemporáneos de las diferentes etapas de los proyectos. Además, mejora la comunicación y genera un espacio de discusión sobre el avance del proyecto. Abre espacios para registrar, debatir sobre el contrato y aclarar dudas al momento. Digamos, reduce significativamente las incertidumbres que hay sobre el proyecto y con eso disminuye claramente la cantidad de arbitrajes”, refiere.
Franco es, además, árbitro, se especializa en contratos, tiene experiencia en litigios y es socio fundador del despacho peruano Legal Delta, firma enfocada en la asesoría jurídica para proyectos de infraestructura y construcción.
Si bien hasta ahora los dispute boards son más usados dentro de la vertical de la infraestructura, en acuerdos que implican relaciones entre entidades públicas y privadas, de acuerdo con Eric Franco, funcionan en general, en cualquier rubro donde hay una relación de largo plazo y la necesidad de controlar los niveles de frustración o conflictividad.
“Si constantemente alguna de las partes del negocio está frustrada porque no se entiende con su contraparte o ha enfrentado arbitrajes, etcétera, entonces la pregunta es '¿quién me puede ayudar?' La respuesta es que hay varias posibilidades de ayuda: Una posibilidad es contar con dispute boards permanentes, con un panel de gente que conoce el negocio, lo sigue a detalle y sabe cómo ayudar a evitar litigios; otra opción es contar, para un caso puntual con un mediador. De repente, si una parte está ‘trabada’ en un tema y no encuentra cómo salir de él, un arbitraje también podría ser la salida, si se trata de una controversia de buena fe, un árbitro podría decidir quién tiene la razón”.
Los dispute boards hacen una revisión contractual, de relaciones y de asuntos de logística, por lo que es importante que se tengan habilidades multidisciplinarias.
“La parte principal es la de gestión de proyectos, se suman habilidades blandas como capacidad de liderazgo y comunicación; en la parte técnica debe haber un conocimiento muy profundo del negocio y muy holístico de los procedimientos. Las partes normalmente tienen muchas dudas y tienen que ver con aristas legales, ahí es cuando sirve el background legal. Cuando un conflicto escala a una controversia, es fundamental tener la experiencia del debido proceso y hacer sentir a las partes escuchadas”.
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De acuerdo con el abogado, evitar conflictos es, más que una tendencia, una necesidad. “La gente quiere pelearse menos porque no tiene tiempo y quiere reducir sus niveles de frustración al intentar lograr sus objetivos”.
“En construcción, por ejemplo, con la implementación de dispute boards, a través de algo identificado por McKinsey como colaboración y contratación, se puede aumentar la productividad, esto porque hay conductas que hacen perder mucho dinero y tiempo, problemas muchas veces derivados de la premura de concluir proyectos de la manera más rápida posible; un tema en el que hay que considerar también que las catástrofes naturales son cada vez más complejas”.
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